PROPORCIONES PERFECTAS EN CIRUGÍA ESTÉTICA.
¿Existen unas proporciones ideales en cirugía estética? ¿Existen unas medidas ideales? ¿Seguimos los cirujanos plásticos algunas medidas ideales?
Partiendo de la premisa de que lo perfecto prácticamente no existe, podemos hablar de lo que más se le acerca.
Existen unas medidas “ideales” o mejor dicho proporciones ideales. No se puede hablar de unas cifras fijas e inamovibles, sino que más bien se trata de unas proporciones individualizadas para cada paciente.
También el término proporciones perfectas, o ideales, es subjetivo dependiendo de los gustos de cada persona, de la cultura…
¿En qué se basa un cirujano plástico para elegir (o recomendar) la talla perfecta en un aumento de mamas o en una reducción? ¿Gustos de la paciente? ¿Anchura de los hombros? ¿Altura y peso de la paciente? ¿Con qué proporción?
Efectivamente todos esos parámetros son importantes, además del gusto y deseos de las pacientes. Pero fundamentalmente, los cirujanos plásticos nos basamos en sus proporciones torácicas en relación con las medidas de las mamas (base y altura). Ya no es cuestión simplemente de volumen, sino que actualmente nos guiamos por un concepto más tridimensional, un concepto de remodelación mamaria, aumentando o disminuyendo el tamaño de las mamas, siempre en función de la anatomía, las medidas de las mamas en relación al tórax, de cada paciente. Individualizando cada caso y siempre preservando la naturalidad.
En mi opinión el canon de belleza actual se fija un poco en la estética de las personalidades famosas (modelos, actrices…).
Cuando hablamos de estética corporal, una figura delgada pero no excesivamente y con curvas sutiles que definan la feminidad, pero sin acúmulos grasos localizados.
En cuanto a las mamas, los cánones de belleza varían dependiendo de las zonas geográficas, y actualmente hay tendencia a volúmenes elevados, si bien nosotros no somos partidarios de ir en contra de la naturalidad y sí de mantenerse dentro de un volumen adecuado a las características anatómicas de cada paciente.
Respecto al canon de belleza facial, se tiende a labios carnosos pero no excesivamente, a ángulos bien definidos a nivel de esqueleto (ángulo mandibular, óvalo facial…) y volúmenes a niel de región malar (pómulos); piel tersa e hidratada (previniendo el fotoenvejecimiento o daño solar), minimizar al máximo las arrugas faciales mediante tratamientos estéticos (toxina botulínica, ácido hialurónico…) y nariz armónica sin giba dorsal (“caballete”).
Existen distancias y ángulos orientativos pero lo ideal es individualizar cada caso y mantener unos valores acordes con el resto del esqueleto óseo y la armonía facial.
A veces se habla de la máscara de Marquardt.
Es una “máscara de las proporciones perfectas”. La máscara fue creada por un cirujano de california, el Dr. Stephen R. Marquardt de la Universidad de California. Éste se basó en el número áureo (número Φ), proporción áurea, y en el estudio de miles de caras. Creó la máscara de la belleza formado por proporciones perfectas y simétricas que supuestamente se correspondería con la cara perfecta.
A la actriz de Hollywood Angelina Jolie, la máscara le encaja perfectamente.
Es curioso el concepto de número áureo, proporciones perfectas, máscara de la belleza…. pero en mi opinión no hay que obsesionarse con la perfección, hay que mejorar en la medida de lo posible, pero recordar que la perfección no existe.
Un saludo.
Dra. Ainhoa Placer.