Una mama tuberosa es una malformación de las mamas desde el desarrollo puberal. Las causas son desconocidas pero pueden ser que el tejido que cubre la glándula mamaria sea demasiado rígido y no se expanda adecuadamente con el crecimiento progresivo de la glándula mamaria en la adolescencia. Esto provoca que a medida que la glándula crece, tiende a herniarse y salir por el lugar con menor resistencia, que es la fina piel de la areola.
Esta malformación tiene muchas formas de desarrollarse, lo que hace que se divida en grados según la severidad del problema.
En muchas ocasiones las pacientes no saben que la sufren, y pueden presentarse en la clínica solicitando un aumento de pecho cuando lo que necesitan es un procedimiento personalizado para este tipo de mamas. Un implante general estaría lejos de solucionar el problema ya que incluso podría hacer que este se notara más. Por eso es importante acudir a un profesional cualificado, que sepa distinguir este problema aunque se encuentre en un grado bajo, y pueda ofrecerte un tratamiento para él.
Otra de las características de las mamas tuberosas es que suelen presentar una base más estrecha acompañada de un complejo areola-pezón muy dilatado. Hay pacientes a las que este problema les genera graves trastornos psicológicos al considerar su cuerpo como extraño. Sin embargo, es un problema más común de lo que parece y tiene solución. Hay ocasiones en las que la mama tuberosa solo afecta a uno de los pechos, por lo que se tratarán de forma separada.
Para que una mama tuberosa se diagnostique de forma correcta es importante fijarse en tres detalles principales:
- Que la mama presente una forma tubular.
- Que no exista un arco submamario o que este se encuentre constreñido.
- Que la zona inferior del pecho presente un desarrollo mucho menor.
Otros detalles que pueden servir para delatar la presencia de una mama tuberosa son la asimetría mamaria, la areola y pezón muy grandes y la separación excesiva de las mamas, aunque como hemos dicho el diagnóstico debe realizarse con cuidado ya que estas características pueden no apreciarse a simple vista en todos los casos.
La cirugía
Su cirugía exige un gran conocimiento de las proporciones de la mama ideal desde el punto de vista estético, y una gran experiencia en cirugía plástica mamaria. Es una cirugía compleja que requiere formación y experiencia específicas ya que habrá que realizar actuaciones en la zona inferior de la mama y en el surco submamario, así como a nivel de la areola en los casos más severos.
El proceso comienza con la evaluación de la forma del pecho de la paciente, que se realizará en la primera consulta. Así podemos determinar el grado de tuberosidad de la mama y en función de este, procederemos a planear la intervención. Hay diferentes formas de realizarla, ya que como hemos dicho la cirugía debe estar muy adaptada al pecho de la paciente. También hay que dictaminar si es necesario reducir el diámetro areolar. En nuestra clínica te informaremos sobre los procedimientos y te aconsejaremos sobre lo más adecuado para tu caso, para que puedas contar con toda la información y decidir sobre el proceso.
La cirugía de las mamas tuberosas consistirá en redistribuir el parénquima mamario que tenemos, ya que suele faltar en la parte inferior de la mama, y también remodelar la areola y hacerla más armónica con la mama reduciendo su diámetro. Y suele ser ideal el uso de prótesis para conseguir una mama más uniforme y redonda, y ésta irá debajo del músculo pectoral. En ocasiones también se pueden combinar diferentes técnicas e intervenciones para conseguir la forma idónea.
Hay diferentes grados de severidad, dependiendo de esto realizaremos una técnica quirúrgica u otra. Concretamente, podemos distinguir cuatro grados de tuberosidad que nos servirán para guiarnos a la hora de realizar una intervención. Van desde un primer estado, más leve en el que falta cierto desarrollo y la mama mira hacia abajo a un cuarto en el que los cuatro cuadrantes mamarios están afectados y atróficos.
Clasificación de la mama tuberosa según Von Heimburg
La cirugía se realiza en un quirófano, dentro de una clínica u hospital, bajo anestesia general. En caso de necesidad se colocan unos drenajes que se retirarán en unos días, y un vendaje o sujetador deportivo sobre las mamas. El procedimiento dura 2-4 horas dependiendo de cada caso.
El postoperatorio de la cirugía de mama tuberosa
Podrá hacer vida casi normal a las 48 horas, con limitaciones de movimientos bruscos o cargar pesos durante un mes. El dolor postoperatorio se controla perfectamente con medicación analgésica. El vendaje será retirado en unos días, siendo sustituidos por un sujetador deportivo, que deberá llevar de la manera y el tiempo que le indique la Doctora Placer. A partir de aproximadamente un mes la paciente puede volver a hacer vida totalmente normal, acudiendo a consultas puntuales para evaluar los resultados de la operación. Al principio podrán apreciarse cicatrices rosadas, pero a medida que transcurra el tiempo comenzarán a tornarse del tono natural de la piel.
Los controles mamográficos apropiados para cada mujer según su edad pueden seguir realizándose, aunque advirtiendo la existencia de la prótesis. Las pacientes suelen quedar particularmente satisfechas con esta operación, ya que dejan atrás un enorme complejo para comenzar a verse con un pecho armonioso y bonito.
¿Qué riesgos existen en la cirugía de mama tuberosa?
Esta cirugía es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Aunque muy infrecuentemente como cualquier cirugía siempre pueden existir complicaciones menores.
En clínica de Cirugía Estética Doctora Placer ofrecemos la cirugía de mama tuberosa siempre dando el mejor trato posible a la paciente y dando una atención personalizada, ya que cada caso es único. No tendrás nada de qué preocuparte.
Trataremos de conseguir un resultado lo más natural posible para que puedas sentirte bien con tu cuerpo. Deja atrás los complejos y da el paso. Ponte en manos de los mejores profesionales.